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En el camino hacía una polis paralela tropezamos con el tema de la economía y el dinero y la cuestión de la posibilidad de imaginarnos algo mejor. El año pasado tuve el honor de editar el tercer libro de Martín Arnal Mur en el que decía que el dinero tiene que ser como el ajo, que se siembra, se come o se pierde. Pensé en seguida en las criptomonedas que nos podrían ofrecer esa caducidad para impedir el crecimiento de la desigualdad económica. No he visto ninguna idea exactamente igual, pero, sí, hay economistas intentando reimaginar el dinero.
Una opción es eliminar el dinero, una propuesta del economista Thomas Greco. Piensa que el problema radica en el cártel que se llama la banca. Dice que 97% del dinero creado en EEUU hoy en día es producto de los préstamos con intereses hechos por los bancos privados. Dado que la mayoría de ese dinero existe solamente como entradas en los libros de cuentas de los bancos, ¿realmente hace falta el dinero? Entre negocios hay préstamos libres de intereses que resultan del período normal de 30-90 días para pagar a un proveedor. Greco propone que en vez de pagar en dinero, solamente hacen falta cámaras de compensación para reconciliar las cuentas de los participantes.
En realidad ya existe en Suiza el Banco WIR, descrito como un sistema monetario alternativo y complementario, que sirve a las PYMEs y maneja el equivalente de más de 5 billones de francos suizos al año de su más de 50.000 miembros. Fue fundado en 1934 como respuesta a la escasez de dinero producida por la Gran Depresión, y sigue sirviendo a sus miembros como una cámara de compensación. Algo similar pasó con las colectividades libertarias que se surgieron después de la sublevación militar aquí en España. En general, la colectividades rechazaban el uso del dinero para intercambios internos y externos, menos en algunos casos concretos.
¿Qué ganamos con un sistema «monetario» sin monedas? Pues además de no pagar intereses a bancos «autorizados» a prestar dinero, me parece que permite que la actividad económica se enfoque al flujo de dinero en vez de su acumulación. Quedan cuestiones de organización y como limitar las cámaras de compensación para que no lleguen a ser tan grandes que los miembros pierdan el control, pero el éxito del Banco WIR demuestra las posibilidades que tiene el concepto.
Otra opción es reconocer la esencia política de la banca para cambiarla. Para aliviar la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de EEUU inyectó dinero en la economía (la llamada «expansión cuantitativa» [EC]) para prevenir una posible depresión económica. Para el economista Mehrsa Baradaran el problema es que lo hizo a través de los bancos, las entidades responsables de la crisis, y no directamente a las personas, muchas de las cuales perdieron sus casas.
Aunque diría que Baradaran también demuestra que la banca es un cártel, él hace hincapié en la banca como proyecto estatal, sea para bien o para mal. Se trata, por tanto, de una actividad política y por eso es posible cambiarla y hacerla más responsiva a las necesidades de las personas físicas en vez de las «personas jurídicas». En el mes de abril de 2020 se crearon en EEUU más de 12 billones de dólares de la nada, en parte por cheques a los ciudadanos, pero sobre todo por las compras de deuda por parte de la Reserva Federal. El efecto ha sido de disparar algunos precios (ej., de las casas) y enriquecer más a la gente pudiente. Hay que avergonzarse de un proyecto estatal que incrementa la desigualdad —y hay que cambiarlo.
Seguramente al anarquista Martín Arnal no le habría gustado la idea de continuar con un proyecto estatal, pero los argumentos de Baradaran nos hacen pensar en la realidad política de la economía en una época en que el mundo habla de tecnócratas como si la economía, la administración y la sociedad fueran o pudieran ser apolíticas. Si lo escondemos detrás de esa cortina de humo, nunca llegaremos a mejorar nada en la sociedad.
Para Martín Arnal el problema del dinero era el problema de su acumulación, que siempre se quedaba en «los mismos bolsillos». En la época de su juventud se forjaron unas respuestas, una que sigue en pie en Suiza. La noticia buena es que hoy en día hay economistas y otras personas que reconocen los problemas y buscan soluciones. Pensando en Martín, diría que buscan el sendero del ajo.
Para más información
Esta entrada se basa en: «Rethinking money as a force for equity», Yes! Magazine, 10/08/2021.
Greco, Thomas H. El fin del dinero y el futuro de la civilización. Kraicorn, 2019.
Arnal Mur, Martín. Sin romper el hilo de Nuestra historia. Editorial Zoila Ascasíbar, 2021.